El maestro "pionero" Enrique García Asensio

Adelantado en la dirección orquestal del siglo XX, García Asensio fue el primer español en ganar el Primer Premio en el Concurso Internacional Dimitri Mitropoulos, el más prestigioso de los premios para directores de orquesta. Fue este valenciano universal quien sorprendió a Leonard Bernstein comprometiéndose a dirigir a la Orquesta Filarmónica de Nueva York, en el concierto de ganadores, el Sensemayá de Silvestre Revueltas. Fue también Enrique el primer español en dirigir al otro lado del telón de acero, en Rumania y en Checoeslovaquia. Será García Asensio quien use la televisión para la pedagogía musical con el programa "El mundo de la Música" y motive una infinidad de vocaciones musicales en nuestro país. Un estímulo que pudo recoger, desarrollar y sublimar desde su cargo como el primer Catedrático (por oposición) de Dirección de Orquesta de la historia de la música en España.

Completamente adelantado a su tiempo Asensio, discípulo predilecto de Sergiu Celibidache, incondicional del método del gran maestro, será quien defienda con Pasión la necesidad de profundizar en la fenomenología musical y el primero en usar el Yoga para dominar el control de sus movimientos en escena. Alumno de la Escuela de Múnich mantiene siempre que "EI aprendizaje es fundamental, la experiencia demues¬tra cual es la técnica más acertada". En primera audición, García Asensio nos trajo a Ginastera, a Villalobos, a Varése. Capaz de servir con pasión a los compositores, ha puesto siempre su maestría técnica y su entendimiento musical al servicio de la música española dirigiendo más de 350 composiciones nacidas en nuestra tierra y ha pulsado las primeras anacrusas de tantos títulos que sin su promoción, habrían quedado sin estrenar: de Esplá y de Halffter, de García Abril a Bernaola; de Palau a Montsalvatge; de Peñate a Escudero. Hay más en su currículum, pero todos lo conocen.

Siempre fiel a su amor por la música, García Asensio sigue tratando de desentrañar a través de la magia del directo el misterioso fenómeno, la fugaz e irrepetible combinación de sonidos que producen en el ser humano la emoción de haber estado en todas partes y haberlo sentido casi todo sin moverse de la butaca.